Daria final a un año y rozaría con la alegría el numero 13. Me observe, el tiempo había trascurrido rápidamente ya tenía casi 20 años, baje la mirada y abrí el grifo, deje que el agua corriera libre a gran velocidad y comprendí que así se definía el tiempo, efímero y fugaz, un suave toque en tus mejillas y se evaporaría.
Salí en dirección a mi habitación y contemple callada mi vestido negro.Me senté en la esquina de la cama y mire a mi alrededor, hay estaba mi diario y varias fotos de años atrás.
Me puse a releer las páginas y recordé como con tres años conocí las manos más pequeñas del mundo, como esa niña de rizos y sonrisa diminuta se volvió mi mejor amiga.
Salte varios años y caí de bruces en las mejores vacaciones de mi infancia, toda la familia unida, las sonrisas más sinceras y las esperanzas más inocentes. Volé por encima de mis primeros fracasos estudiantiles, de las mil noches en las que dormía abrazada a la almohada. Viví por segunda vez el final de la ESO y vi las caras de la gente que aun sigue y llena mi vida de sonrisas, mis amigos. Aparecí como un soplo de aire frio, frente los tres años más largos de la historia, bachiller. Observe como llegue siendo una niña y acabe como una mujer. Ame y quise, sin importarme el que dirían. Absorbí y hice mío la manera de entender el Arte. Termine rota, pero unida por fuerzas mayores, los lazos que crecían y se entrelazaban entre si me hacían invencible. Sobrevolé por encima del mar, para acabar en Italia. Conocí colores y formas que nunca antes había apreciado. Uní mi risa a la de mis amigos y sentí la calma y el placer de algo real, no eterno, pero si duradero . Compartí habitación y me perdí por las calles de Madrid.
Mientras recordaba ensimismada, un ruido seco me despertó , tome tierra en el presente . Sonreí ampliamente, seguía teniendo hojas suficientes con las que llenar todo lo que me esperaba .
Querido lector, siempre que suspires piensa en todo lo que queda.